La Ruta del Roble conoce su ecoturismo y cómo disfrutarlo al máximo
Descubre la Ruta del Roble, un recorrido de ecoturismo que conecta comunidades, naturaleza y tradiciones en Santander y Boyacá.
En las montañas del Alto Río Fonce, que se extienden desde Charalá, Gámbita, Coromoro y Encino, en Santander, hasta Duitama, en Boyacá, se despliega un ecosistema único que invita a la exploración responsable y sostenible: la Ruta del Roble. Este proyecto de ecoturismo de base comunitaria es una iniciativa que no solo resalta la riqueza natural de la región, sino también la capacidad de las comunidades locales para gestionar sus recursos y conservar su entorno de manera integral.
Actividades imperdibles en la Ruta del Roble
A lo largo de esta ruta, los visitantes se sumergen en un paisaje dominado por majestuosos bosques de roble negro y blanco, especies nativas que han sobrevivido al paso del tiempo gracias al esfuerzo conjunto de las comunidades locales. A través de la ciencia participativa y la conservación activa, estas poblaciones han logrado preservar y restaurar vastas áreas de bosque, haciendo de la Ruta del Roble un ejemplo de ecoturismo comprometido con la sostenibilidad.
El recorrido por la ruta no se limita a la contemplación de su riqueza ecológica. Los visitantes tienen la oportunidad de conocer orquidearios comunitarios que albergan más de 120 especies de orquídeas, una muestra de la biodiversidad botánica que florece en esta región. Además, los campesinos de la zona han integrado sus actividades tradicionales, como la producción de café, quesos y artesanías, con modelos silvopastoriles, que combinan la ganadería con la reforestación, contribuyendo a la restauración del ecosistema local.
La Ruta del Roble también forma parte de la zona de amortiguación del Santuario de Fauna y Flora Guanentá Alto Río Fonce, un área protegida que alberga especies emblemáticas como el oso andino, cuya conservación es prioritaria. Junto a él, más de 255 especies de aves, 83 especies de mamíferos y 31 especies de anfibios recorren este hábitat, creando un verdadero paraíso para los amantes del avistamiento de fauna silvestre. Los ríos y cascadas de aguas rojizas, características de la región, y los páramos que rodean la ruta, con sus frailejones imponentes, completan las experiencias que se pueden realizar en estos fascinantes destinos.
Dónde iniciar el recorrido por la Ruta del Roble
Para quienes deseen explorar la Ruta del Roble, las opciones de llegada son variadas. Los puntos principales de acceso son Duitama, para quienes viajan desde el altiplano cundiboyacense o Bogotá, y Charalá o Encino para quienes vienen desde Bucaramanga o el noreste del país. Los viajeros pueden contratar servicios de guías locales y operadores turísticos que facilitan el transporte y la organización de actividades.
El alojamiento en la zona se basa en ecohoteles y albergues comunitarios, que no solo ofrecen una estadía cómoda, sino que también permiten a los visitantes vivir una experiencia auténtica y sostenible, directamente gestionada por las comunidades locales.
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