Moretones: ¿cómo reconocer si son comunes o graves?
Los moretones son una condición común, pero ¿sabes cómo determinar si son graves y cómo cuidarlos correctamente?

Cuando hablamos de moretones, nos referimos a los hematomas, que son acumulaciones de sangre debajo de la piel causadas por una hemorragia interna. Estos ocurren cuando los vasos sanguíneos pequeños se rompen debido a una lesión, pero la piel no se ve afectada. La sangre se filtra hacia los tejidos circundantes, creando la característica marca en la piel.
¿Qué son los moretones y cómo cuidarlos?
Los niños suelen ser propensos a sufrir moretones debido a su activo estilo de vida, mientras que los adultos mayores pueden ser más susceptibles debido a la fragilidad de los capilares y los problemas en el tejido conjuntivo de la piel.
Además, ciertos medicamentos como la aspirina, los anticoagulantes y los antibióticos pueden aumentar la propensión a los moretones, ya que afectan la coagulación de la sangre.
En caso de sufrir un moretón, se recomienda aplicar los primeros auxilios adecuados utilizando la técnica RICE, que consiste en reposo, hielo, compresión y elevación.
Se debe descansar la zona afectada, aplicar compresas de hielo envueltas en una toalla durante varios minutos al día y usar vendas elásticas para comprimir el moretón si está inflamado. Además, se pueden tomar analgésicos de venta libre para aliviar el dolor.
¿Cuánto tiempo puede durar un moretón?
Es importante tener en cuenta que la duración de un moretón puede variar, siendo la mayoría de ellos de aproximadamente una semana y media. Los moretones cambian de color a medida que se van curando, pasando de rojizos a azules, morados o amarillo verdosos antes de que la piel recupere su coloración normal. Sin embargo, si un moretón persiste durante más de dos semanas sin mostrar mejoría, se recomienda buscar atención médica.
Se debe buscar atención médica urgente, ya que podrían estar asociados a problemas más graves como trastornos de coagulación o enfermedades relacionadas con la sangre:
1. Inflamación dolorosa en la zona del moretón.
2. Dolor persistente por más de tres días después de una lesión leve.
3. Aparición frecuente de moretones grandes o dolorosos, especialmente en el tronco, la espalda o el rostro.
4. Historial de formación frecuente de hematomas o sangrado considerable durante procedimientos quirúrgicos.
5. Presencia de un bulto sobre el moretón.
6. Sangrado anormal en otras partes del cuerpo, como la nariz o las encías.
7. Aparición repentina de moretones sin antecedentes previos en esa persona.
8. Antecedentes familiares de facilidad para formar hematomas o sangrado excesivo.
En conclusión, es fundamental saber identificar y cuidar adecuadamente los moretones para garantizar una pronta recuperación y descartar cualquier condición médica subyacente. Siguiendo los pasos de primeros auxilios y prestando atención a los signos y síntomas mencionados, se puede mantener una buena salud y bienestar cutáneo.
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